Estrategias de ahorro y gestión de préstamos
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Dic 19, 2022 12 mins read

Estrategias de ahorro y gestión de préstamos

Cómo empezar a ahorrar

Ahorrar dinero es un concepto simple, sin embargo, muchos de nosotros luchamos por hacerlo de manera regular. Nos gusta la idea de tener mucho dinero guardado para cuando la situación lo amerite, pero lograr nuestro objetivo final es un proceso lento, por lo que tendemos a elegir una gratificación más instantánea, como gastar el dinero extra en algo que podamos disfrutar en el momento. 

Ahorrar esencialmente significa cambiar esa mentalidad y priorizar tus objetivos a largo plazo. Ya sea que estés buscando comprar una casa, prepararte para la jubilación o disfrutar de unas vacaciones de ensueño, te llevará tiempo apartar el dinero que necesitarás, y deberás concentrarte en esos objetivos, sin importar cuán lejos estén, mientras haces pequeños sacrificios hoy.

Ahorrar tiende a ser más difícil si comienzas a hacerlo más adelante en la vida. Por ejemplo, si no comienzas a ahorrar dinero hasta los 30 años, es un hábito más difícil de adoptar que si comenzaste el día en que obtuviste tu primer trabajo, sobre todo porque es probable que tengas más compromisos financieros a los 30 años que antes. Pero no dejes que eso te desanime.

Hábitos de ahorro

Aquí hay algunos pasos comunes y efectivos que puedes seguir, o hábitos que puedes adoptar que te ayudarán a convertirte en un mejor ahorrador:

Comienza poco a poco
Si ya tienes un presupuesto ajustado, comenzar de a poco con tus ahorros es una excelente manera de adquirir el hábito de ahorrar dinero de manera regular. Incluso si estás ahorrando solo $10 al mes, lo que puede no parecer mucho, al final todo se suma, y puedes aumentar esa cantidad cuando te encuentres en una mejor situación para acumular tus divisas más rápido.

Mantén tus ahorros separados
No dejes el dinero que estás ahorrando en tu cuenta bancaria principal. Procura colocarlo en una cuenta separada, preferiblemente una cuenta de ahorros dedicada con una tasa de interés más alta, donde sea más difícil acceder. Esto disminuirá significativamente la probabilidad de que ese dinero se gaste en un capricho y facilitará el seguimiento de cuánto has ahorrado a lo largo del tiempo.

Esto también te ayudará a administrar el dinero en tu cuenta principal de manera más efectiva. Puedes planificar tu presupuesto en función de lo que te queda después de retirar tus ahorros.

Establece pagos regulares
En lugar de depender de ti mismo para transferir dinero manualmente a tu cuenta de ahorros, configura un pago regular desde tu cuenta principal si es posible. Esto te ayudará a tratar tus pagos de ahorros más como otra factura que debe pagarse, y reducirá las posibilidades de que te saltes esos pagos y termines gastando ese dinero en otras cosas. 

Establece una meta de ahorro
Para la mayoría de nosotros, ahorrar es mucho más fácil cuando tenemos un objetivo claro en mente. Esto no solo nos motiva y nos da algo por lo que trabajar, sino que también nos ayuda a visualizar dónde estamos en el camino. Será menos probable que decidas gastar tu dinero extra si puedes ver que se está acumulando lenta pero seguramente hacia su objetivo final.

Paga las deudas lo más rápido posible
Puede sonar contradictorio, pero poner tanto dinero como puedas en tus deudas pendientes y pagarlas lo más rápido posible, te ayudará a convertirte en un ahorrador más efectivo a largo plazo. Gastarás menos dinero en cosas como tarjetas de crédito y préstamos, y una mayor parte puede ir a tu cuenta de ahorros, lo que te ayudará a lograr tu objetivo final mucho más rápido.

Además, muchas deudas tienen una tasa de interés alta, por lo que cuanto más rápido puedas pagarlas, menos tendrás que gastar en ellas a largo plazo.

¿Qué es una estrategia de ahorro?

Una estrategia de ahorro reúne todos los consejos que hemos descrito anteriormente en un plan para lograr tus objetivos de ahorro personales. Elaborar una estrategia te ayudará a que tus ahorros sean más consistentes y los mantengas encaminados. A continuación, te indicamos cómo comenzar:

1. Crea un presupuesto personal
Un presupuesto personal tiene en cuenta todos tus ingresos y gastos,lo que te ayudará a comprender a dónde va tu dinero y cuánto te queda una vez que pagas todas tus facturas. Es fundamental que armes un presupuesto antes de comenzar a ahorrar, para que puedas ser realista sobre la cantidad de dinero que puedes reservar.

Tenemos una guía de AAG Academy dedicada a la planificación financiera y presupuesto personal, que es un excelente lugar para comenzar para cualquier persona que nunca antes haya creado un presupuesto.

2. Establece tus metas de ahorro
Una vez que sepas cuánto puedes ahorrar cada semana o cada mes, es hora de comenzar a pensar en lo que deseas ahorrar. Esto no tiene que ser una sola cosa; puede ser una combinación de metas de ahorro a corto y largo plazo, como irse de vacaciones, comprar un vehículo, hacer un depósito para una casa nueva o planificar la jubilación.

Al pensar en tus objetivos, trata de asegurarte de que sean INTELIGENTES y también:

  • Especificos
  • Mensurables
  • Alcanzables
  • Realistas
  • Con límite de tiempo

Por ejemplo, en lugar de decir que deseas «ahorrar dinero para emergencias», determina cuánto necesitarías en una situación de emergencia. Si perdieras tu trabajo hoy, ¿cuánto necesitarías para pagar tus facturas y mantenerte a flote durante dos o tres meses hasta que puedas encontrar otro empleo? A continuación, puedes determinar cuánto tiempo necesitrías para ahorrar esa cantidad.

Al hacer que tus objetivos sean específicos, será más fácil realizar un seguimiento de tu progreso, lo que a su vez te ayudará a motivarte para continuar con el buen trabajo.

3. Determina cuánto asignar a cada objetivo
Ahora que has decidido tus objetivos de ahorro, puedes pensar en la cantidad de ingresos adicionales que te gustaría asignar a cada uno. Naturalmente, los objetivos de ahorro a corto plazo serán más prioritarios, ya que tendrás menos tiempo para alcanzarlos. Las metas a largo plazo, como ahorrar para la jubilación, no solo le dan más tiempo, sino que tienden a ser mucho más grandes que las metas a corto plazo.

Puede ser que cuando llegues a este paso, te des cuenta de que los plazos que asignaste a cada objetivo en el paso dos, no son realistas. Está bien; todo es parte del proceso y es poco probable que lo hagas bien la primera vez. Regresa y piensa si deseas asignar más tiempo a un objetivo determinado o reducir la cantidad a otro de tus objetivos. 

4. Decide dónde guardar tus ahorros
Recuerda, es una mala idea mantener tus ahorros en tu cuenta bancaria principal, donde se pueden gastar fácilmente. Por lo tanto, piensa en dónde deseas guardarlos antes de comenzar a ahorrar. Para objetivos a corto plazo, es probable que tu mejor opción sea una cuenta de ahorros donde tu dinero esté separado pero aún accesible cuando lo necesites.

Para objetivos a largo plazo, es posible que desees buscar otras opciones de ahorro que te brinden la oportunidad de hacer que tu dinero trabaje para ti mientras no lo necesitas, o que te dificulte el acceso para que no puedas aprovecharlo fácilmente cuando lo desees. Una pensión es una gran solución si estás ahorrando para la jubilación, y hay muchas otras.

Consulta nuestra guía de inversión de AAG para obtener más ideas, también puedes optar por hablar con un asesor financiero que pueda recomendarte las opciones de ahorro adecuadas en función de tu propia situación.

Cómo calcular un fondo de emergencia

Lo mencionamos brevemente antes, pero vale la pena enfatizar que un fondo de emergencia es fundamental para todos, sin importar cuál sea tu situación financiera actual. Casi todos nosotros alcanzamos a experimentar problemas fuera de nuestro control que llegan a afectar nuestra situación financiera. Pueden ser tan simples como un automóvil averiado que necesita reparación, o tan complicados como perder un trabajo.

Estas cosas pueden ser mucho más fáciles de manejar si tienes fondos reservados a los que puedes recurrir. Entonces, ¿cómo calcular cuánto debes tener en tu fondo de emergencia? Se recomienda que comience con al menos $500 (dependiendo del país donde estés), que debería ser suficiente para reemplazar una llanta pinchada, comprar comestibles durante varias semanas o pagar otra factura imprevista.

Sin embargo, si puedes hacerlo, debes reforzar tu fondo de emergencia para cubrir mucho más que eso. Para tener una mejor idea de cuánto debes ahorrar, te recomendamos utilizar una

calculadora de fondos de emergencia, como esta de NerdWallet, que te dirá exactamente cuánto necesitas en función de tus propias circunstancias financieras.

Estrategia de jubilación

Asumir que no necesitas preocuparte por tu estrategia de jubilación hasta que seas mayor es un error común y costoso. Cuanto antes comiences a pensar y planificar tu jubilación, más dinero podrás ahorrar para ello y estarás mejor más adelante en la vida. Si es posible, debes comenzar a ahorrar para la jubilación tan pronto como comiences a ganar dinero.

En algunos países, muchos empleos vienen con una pensión de serie, y las contribuciones de tu salario se deducen automáticamente y se agregan a tu caja de ahorro de pensión, junto con las contribuciones equivalentes de tu empleador, si tienes suerte. También puedes tener derecho a una pensión estatal, aunque para muchos de nosotros, esto por sí solo no es suficiente para disfrutar de una jubilación cómoda.

Si no obtienes una pensión con tu trabajo, puedes establecer una tú mismo, ya sea a través de un banco o un proveedor de pensiones. Junto con tu fondo de emergencia, una pensión debe ser una inversión prioritaria para todos, una que se establece antes que cualquier otra estrategia de inversión. Es la mejor manera de asegurarte de que los fondos estén disponibles para ti cuando dejes de trabajar.

Se recomienda que al menos el 15% de tus ingresos anuales se reserve para tu pensión. Eso es suponiendo que empieces a ahorrar para la jubilación a los 30 años y que planees jubilarte a mediados de los 60. Si comienzas a ahorrar más tarde o esperas jubilarte un poco antes, deberías pensar en aumentar ese porcentaje.

De ser viable, podrías pensar en contribuir con más del 15% de tu salario, incluso si comienzas a ahorrar temprano. Una pensión no solo es una gran inversión, que puede traer excelentes beneficios fiscales en muchos países, especialmente para los que ganan más, sino que significa que tus últimos años serán aún más cómodos. Es posible que incluso puedas jubilarte antes que el trabajador promedio.

Tu estrategia de pensión personal dependerá de tus propias circunstancias financieras, y es una buena idea obtener asesoramiento de un banco o un asesor financiero, los cuales podrán ayudarte a elaborar un plan de pensión que se adapte a tu propia situación y objetivos.

Seguros

Aunque el seguro puede parecer solo otro gasto adicional, estarás increíblemente agradecido de tenerlo si alguna vez lo necesitas. Y hay ciertas cosas que debes asegurar de forma prioritaria, como tu vehículo, tu hogar (y tus pertenencias dentro de él) y por supuesto, tu vida misma.

Tipos de seguros

Afortunadamente, hay muchos tipos de seguros para elegir, que cubren casi todas las necesidades. Aquí hay cinco de los más importantes que deben considerarse:

Seguro de vida
El seguro de vida es fundamental, especialmente para aquellos que tienen dependientes, como hijos y un cónyuge que dependen de sus ingresos. Garantiza que, en caso de que suceda lo impensable y ya no estés para mantener a tus seres queridos, recibirán un pago. Dependiendo de dónde vivas, generalmente hay dos tipos de seguro de vida para elegir.

Uno de estos, que suele ser el más común, es el seguro de vida entera, que te cubre de manera continua hasta el día de tu muerte. Por lo general, puedes acceder a este dinero retirando fondos de él en cualquier momento si lo necesitas, o puedes realizar un pago anticipado. También existe un seguro de vida a término, que te cubre por un cierto número de años, como 10, 20 o 30 años.

Seguro medico
Si no recibes atención médica gratuita en tu país de origen, el seguro médico o de salud es esencial. Esto puede venir con tu trabajo, pero de no ser así, se puede adquirir a través de un proveedor de seguros. Esto no solo te cubre el costo de cualquier atención médica que puedas necesitar, incluidas las visitas al médico y los procedimientos hospitalarios, sino también los medicamentos

Seguro de protección de ingresos
El seguro de protección de ingresos es particularmente crítico para aquellos que dirigen su propio negocio o trabajan por cuenta propia. Asegura que si por cualquier razón no puedes trabajar, tal vez debido a un accidente o a una enfermedad prolongada, aún se te pagará. La cantidad que recibes depende de tu plan y de cuánto pagas regularmente.

Seguro de automotor
El seguro automotor se explica por sí mismo y, en la mayoría de los países, es un requisito legal para cualquier persona que posea y conduzca un vehículo. Dependiendo de tu plan de seguro, se pueden cubrir los costos incurridos por un accidente, colisión, robo o vandalismo.

Algunas pólizas de seguro de vehículos también cubren los gastos legales, por lo que si alguien te demanda como resultado de una colisión, no tendrás que preocuparte por el costo total tú mismo. 

Seguro de hogar y contenido
Si eres dueño de una casa, el seguro de hogar es una necesidad. Dependiendo del tipo de póliza que contrates, esta puede cubrir el costo de los daños a tu propiedad, así como las pertenencias dentro de ella, como resultado de incendios, huracanes, vandalismo y otros desastres. Algunas pólizas incluso cubrirán tus pertenencias «fuera de las instalaciones», como cuando llevas tu computadora portátil de viaje, por ejemplo.

Es importante tener en cuenta que en algunos países, el seguro de hogar, que a menudo se conoce como seguro de edificios, y el seguro de contenidos son dos cosas separadas, por lo que es posible que necesites dos pólizas diferentes para proteger tu propiedad y tus posesiones dentro de ella.

Préstamos y créditos

En algunos casos, ahorrar para algo que necesitas, simplemente no es una opción viable, por lo que es posible que debas solicitar un préstamo. Esto te proporcionará los fondos que necesitas casi de inmediato, y podrás pagar lo que debes gradualmente durante un período de tiempo, idealmente a una tasa de interés favorable.

Aunque es mejor evitar pedir prestado para cosas que no son realmente necesarias, ya que siempre terminarás teniendo que pagar más de lo que pediste prestado originalmente, puede haber ocasiones en las que sea tu única opción. Si necesitas un vehículo para ir al trabajo, por ejemplo, o tienes que pagar reparaciones esenciales, pedir prestado el dinero puede ser la única forma de acceder al efectivo que necesitas rápidamente.

Tipos de préstamos

Dependiendo de para qué necesites dinero, generalmente hay dos tipos para elegir, que son préstamos garantizados y no garantizados.

Préstamos garantizados
Los préstamos garantizados están respaldados por algún tipo de garantía, como una propiedad o un vehículo, que pueden estar en riesgo si te atrasas en tus pagos. Sin embargo, los préstamos garantizados suelen tener tasas de interés más bajas.

Préstamos sin garantía
Los préstamos sin garantía no están respaldados por nada, lo que significa que los prestamistas no pueden quitarte fácilmente un activo en caso de que incumplas con los pagos. Por lo tanto, los préstamos sin garantía se basan únicamente en tu historial crediticio, por lo que generalmente son mucho más pequeños y generalmente tienen tasas de interés más altas.

Si no estás seguro de qué tipo de préstamo debes obtener, puede valer la pena hablar con un asesor financiero que podrá recomendarte la opción más adecuada en función de tus circunstancias personales y tu situación financiera.

Amortización de préstamos

Antes de solicitar un préstamo, es posible que desees tomarte un tiempo para pensar en la amortización del préstamo. Este es el proceso de programar la cantidad de dinero que pides prestado en pagos iguales durante un cierto período de tiempo, como un año o cinco años. Una parte de este pago se destinará a lo que has pedido prestado y el resto cubrirá los intereses.

Vale la pena señalar que la amortización del préstamo determina el pago mensual mínimo requerido por tu prestamista, pero no impide que los prestatarios realicen pagos más grandes o adicionales para pagar el préstamo más rápido. Cualquier monto adicional que pagues generalmente se destina a pagar el dinero que pediste prestado, lo que significa que, a largo plazo, pagarás menos intereses.

Casi todos los préstamos que vienen con pagos mensuales fijos son préstamos amortizados. Eso incluye préstamos para automóviles, préstamos personales e hipotecas de tasa fija. Los préstamos no amortizados comunes, con los que el monto del reembolso varía según la cantidad adeudada y es posible que no tengan una fecha de finalización, incluyen cosas como tarjetas de crédito e hipotecas de solo intereses.

Los prestamistas calcularán la amortización del préstamo por ti durante el proceso de solicitud, sin embargo, es una buena idea repasar algunas estimaciones aproximadas de antemano para tener una idea de cuánto necesitarás reservar cada mes y si es asequible. Esto puede ayudarte a decidir el tiempo que necesitas para pagar las deudas. 

Calculadoras de préstamos

No te preocupes si no eres tan bueno en matemáticas, ya que hay innumerables calculadoras de préstamos en línea que pueden ayudar con este proceso. Recomendamos utilizar la calculadora NerdWallet, que te permite ingresar el monto del préstamo, el período del préstamo y la tasa de interés para calcular la cifra de reembolso. Hay muchas otras opciones gratuitas disponibles con una búsqueda rápida en Google.

Informes y puntajes de crédito

Antes de pensar en solicitar un préstamo o cualquier otro tipo de crédito, es recomendable que obtengas tu informe de crédito o puntaje de crédito. Un informe de crédito detalla tu historial de préstamos y administración de deudas, incluidos los tipos de crédito que has obtenido, tu historial de pagos y cualquier incumplimiento. Tu puntaje de crédito es una cifra determinada por esta información.

Los prestamistas utilizan tu informe de crédito para determinar qué tan riesgoso sería prestarte dinero. Si tienes un buen informe de crédito, deberías poder obtener la mayoría de las formas de crédito y tasas de interés más bajas. Por el contrario, si tienes un mal informe, es posible que se te nieguen algunos formularios o créditos, y los que decidan otorgar préstamos, lo harán con tasas de interés más altas.

También es posible que se te niegue el crédito simplemente porque no tienes ningún historial de crédito, generalmente porque nunca has pedido dinero prestado, pagado facturas o tenido una cuenta bancaria en el pasado. Si ese es el caso, es poco probable que los prestamistas te ofrezcan grandes sumas de dinero, ya que no pueden determinar el riesgo. 

Puedes crear un historial de crédito abriendo una cuenta bancaria si aún no tienes una, y utilizarla para administrar bien las facturas existentes. También puedes obtener pequeñas formas de crédito, como un contrato de teléfono celular o una tarjeta de crédito, y asegurarte de que los pagos se realicen a tiempo y en su totalidad. Si tienes una tarjeta de crédito, es una buena idea pagar el saldo total todos los meses.

Puedes ver tu informe de crédito utilizando un servicio como Experian o Equifax si vives en los Estados Unidos, o un servicio similar en otros países.

Cómo mejorar tu puntaje de crédito

Si ya tienes un historial de crédito pero no es particularmente bueno y tienes dificultades para obtener otras formas de crédito, deberás trabajar para mejorar tu puntaje. Las formas más efectivas de hacer esto son:

Conocer tu deuda
No todo el mundo vigila de cerca sus finanzas, por lo que el primer paso para mejorar tu puntaje de crédito es volver a familiarizarte con tu deuda. Mencionamos esto anteriormente en esta guía, pero los objetivos principales son determinar cuánto debes, a quién se lo debes, cuánto debes pagar y cuándo debes pagarlo.

Una de las formas más rápidas de hacerlo es obtener una copia de tu informe de crédito, que detalla todas tus deudas pendientes. A continuación, puedes ponerte en contacto con los acreedores para averiguar el monto de sus reembolsos y cuándo se deben realizar los pagos si es necesario.

Manténte al día con los reembolsos
Asegúrate de que cualquier deuda existente que tengas se pague a tiempo todos los meses. Esto incluye tarjetas de crédito, pagos de préstamos e hipotecas y otras obligaciones, como contratos de teléfonos celulares. Atrasarse en los pagos reducirá tu puntaje de crédito muy rápidamente.

Considera la posibilidad de consolidar deudas
Si tienes dificultades para llevar un registro de tus deudas, es posible que desees considerar consolidarlas. Esto es cuando solicitas un préstamo para pagar todo lo que debes, de modo que te quedes con una sola forma de crédito y un solo pago con el que lidiar. Puede ser una excelente opción, especialmente si puedes obtenerla con una tasa de interés más baja, suponiendo que tu puntaje de crédito sea lo suficientemente sólido.

Usa la menor cantidad de crédito disponible
El hecho de que tu tarjeta de crédito tenga un límite de $1000, no significa que tengas que usarlo todo. Usar menos del crédito disponible, es una excelente manera de demostrarle a los acreedores que puedes ser responsable con tu dinero y que no solo lo gasta porque lo tienes. Esto ayudará a mejorar tu puntaje de crédito y aumentará tus posibilidades de obtener otras formas de crédito en el futuro.

Hacer menos solicitudes de crédito «difíciles»
Cuando solicitas ciertos tipos de crédito, los prestamistas realizarán una investigación «exhaustiva» de tu informe de crédito. Las consultas difíciles aparecen en tu informe, lo que significa que otros prestamistas pueden verlas, incluso si tu solicitud de crédito es denegada. Demasiadas consultas en tu informe no se ven bien y pueden reducir tu puntaje crediticio general.

Hacer menos solicitudes de crédito reduce la cantidad de consultas difíciles y ayuda a mejorar tu informe. Si sospechas que se te negará el crédito debido a tu historial y puntaje de crédito, es mejor evitar solicitarlo en absoluto. Afortunadamente, las consultas «suaves», que incluyen cosas como ver tu informe de crédito por ti mismo, no aparecen.

Fuentes 

Preguntas frecuentes

Puede ser difícil planificar la jubilación porque ninguno de nosotros puede predecir el tipo de situación en la que estaremos cuando lleguemos a la edad de jubilación. Muchos de nosotros basamos nuestros ingresos de jubilación en nuestros ingresos laborales, pero en realidad, es probable que tus costos de vida cambien de manera bastante significativa más adelante en la vida. Se recomienda que al menos el 15% de tus ingresos anuales se destinen a tu pensión.

Puedes pagar los préstamos más rápido simplemente aumentando el monto de tu pago o realizando pagos adicionales siempre que sea posible. Esto no solo borrará tu deuda más rápido, sino que también reducirá la cantidad de intereses que pagas en general. Sin embargo, antes de realizar pagos adicionales, asegúrate de que tu acreedor no te penalice por pagar tu deuda antes de tiempo.

Puedes trabajar para mejorar tu puntaje de crédito utilizando los consejos que se describen en esta guía.

Una estrategia de ahorro popular es crear primero un presupuesto personal para hacer un balance de tu situación financiera y luego establecer para qué deseas ahorrar. Idealmente, esto debería ser una combinación de objetivos factibles a corto y largo plazo. Puedes encontrar más información en la guía anterior.

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Este artículo tiene la intención de proveer información generalizada, diseñada para educar a un gran segmento del público en general, no aporta inversiones personalizadas, ni provee asesoramiento profesional, legal, ni empresarial. Antes de tomar alguna acción, financiera, legal, de impuestos, inversiones u otros, consulta con un profesional que pueda asesorarte en asuntos que te afecten a ti o a tu negocio.

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